13/03/2025
Tomamos decisiones constantemente, desde qué comer hasta cómo invertir nuestro dinero o qué seguros contratar. Sin embargo, muchas de estas decisiones están influenciadas por factores psicológicos que pueden distorsionar nuestro juicio sin que nos demos cuenta. A esto se le conoce como sesgo cognitivo, una tendencia inconsciente que nos lleva a tomar decisiones irracionales o basadas en percepciones erróneas.
En este artículo explicaremos qué es el sesgo cognitivo, sus principales tipos y cómo afecta a la toma de decisiones, incluyendo su impacto en la contratación de determinados seguros.
1. ¿Qué es un sesgo cognitivo?
Un sesgo cognitivo es una desviación sistemática en la manera en que procesamos la información y tomamos decisiones. Nuestro cerebro, en su intento de simplificar la realidad y ahorrar energía, recurre a atajos mentales llamados heurísticas, que nos permiten tomar decisiones rápidas. Sin embargo, estos atajos no siempre son precisos y pueden generar errores en nuestro juicio.
Los sesgos cognitivos afectan a todos los ámbitos de la vida: la economía, las relaciones personales, la salud y hasta la forma en que percibimos los riesgos y tomamos decisiones sobre nuestro bienestar.
2. Principales tipos de sesgos cognitivos
Existen muchos tipos de sesgos cognitivos, pero algunos de los más comunes que influyen en nuestra toma de decisiones son:
2.1. Sesgo de confirmación
Tendemos a buscar y dar más peso a la información que confirma nuestras creencias previas y a ignorar aquella que las contradice.
Ejemplo: Una persona que cree que los seguros de salud son innecesarios solo leerá noticias sobre personas que no los han usado, ignorando los casos en los que han sido esenciales.
2.2. Sesgo de optimismo
Creemos que las cosas malas les ocurren a los demás, pero no a nosotros, lo que nos lleva a subestimar riesgos.
Ejemplo: Alguien que piensa que nunca tendrá un accidente o una enfermedad grave puede decidir no contratar un seguro de vida o salud, sin considerar que estos eventos pueden sucederle a cualquiera.
2.3. Sesgo de disponibilidad
Damos más importancia a la información reciente o fácil de recordar, incluso si no es representativa de la realidad.
Ejemplo: Tras ver en las noticias un caso de fraude en seguros, una persona puede pensar que todas las aseguradoras son poco confiables y evitar contratarlas, cuando en realidad la mayoría ofrecen protección legítima.
2.4. Sesgo del coste hundido
Nos cuesta abandonar una inversión o una decisión por el tiempo o dinero ya invertidos, aunque mantenerla no sea lo más beneficioso.
Ejemplo: Una persona con un determinado seguro poco útil sigue pagando por él solo porque lleva años con la misma compañía, sin considerar opciones mejores en el mercado.
2.5. Efecto anclaje
Nos aferramos a la primera información que recibimos y la usamos como referencia para evaluar opciones futuras.
Ejemplo: Si nos dicen que el precio medio de un seguro es de 100€ al mes, es probable que todas las ofertas que veamos después las comparemos con esa cifra, sin analizar si realmente es el mejor precio para nuestras necesidades.
3. ¿Cómo afectan los sesgos cognitivos a la toma de decisiones?
Los sesgos cognitivos pueden llevarnos a tomar decisiones poco racionales en muchos ámbitos de la vida, como en nuestras finanzas, salud y planificación a largo plazo. Nos afectan a la hora de invertir, contratar seguros, evaluar riesgos y planificar nuestro futuro.
Por ejemplo, muchas personas evitan contratar un seguro porque creen que no lo necesitarán (sesgo de optimismo) o porque les parece un gasto innecesario (sesgo del coste hundido si ya están pagando otro servicio que no quieren abandonar). Sin embargo, cuando ocurre una emergencia médica o un fallecimiento inesperado, la falta de previsión puede generar problemas económicos para la persona o su familia.
4. Relación entre los sesgos cognitivos y los seguros
Los sesgos cognitivos influyen en la manera en que las personas perciben los riesgos asociados a la salud, la seguridad financiera y la protección familiar, lo que impacta directamente en la contratación de seguros.
4.1. Subestimación del riesgo
Muchas personas creen que las enfermedades graves o los accidentes solo les ocurren a otros, lo que les lleva a no contratar un seguro de salud o de vida hasta que enfrentan una crisis.
4.2. Evitación de temas incómodos
Hablar de muerte o enfermedades puede ser difícil, lo que hace que algunas personas posterguen la contratación de un seguro de decesos. Este sesgo puede hacer que las familias queden desprotegidas ante una eventualidad.
4.3. Percepción errónea del coste
El sesgo de anclaje puede hacer que una persona asuma que todos los seguros son caros, cuando en realidad existen opciones adaptadas a diferentes presupuestos.
4.4. Sesgo de inmediatez
Las personas suelen dar más importancia a los beneficios inmediatos que a la planificación a largo plazo. Un seguro de vida o de salud es una inversión en seguridad futura, pero al no percibir un beneficio inmediato, muchas personas lo descartan.
4.5. Sesgo de autoridad
A veces, las personas toman decisiones basadas en opiniones de familiares o amigos sin contrastar la información. En el caso de los seguros, esto puede llevar a elegir una opción inadecuada o a no contratar ninguno.
5. ¿Cómo evitar los sesgos cognitivos al tomar decisiones sobre seguros?
Para evitar que los sesgos cognitivos afecten nuestras decisiones sobre seguros, es importante:
- Analizar objetivamente los riesgos: considera escenarios reales y no solo lo que te dice la intuición.
- Comparar opciones con datos reales: usa comparadores de seguros para ver cuál se ajusta mejor a tus necesidades.
- Pensar a largo plazo: evalúa cómo un seguro puede beneficiar a tu familia o a ti mismo en el futuro.
- Consultar a expertos: un asesor de seguros puede ayudar a entender mejor las coberturas y evitar decisiones basadas en sesgos.
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Los sesgos cognitivos influyen en nuestras decisiones diarias
Los sesgos cognitivos influyen en nuestras decisiones diarias, a menudo llevándonos a elecciones irracionales sin darnos cuenta. En temas de salud y planificación financiera, estos sesgos pueden ser especialmente perjudiciales, ya que pueden hacer que subestimemos los riesgos o evitemos decisiones que nos beneficiarían en el futuro.
En el caso de los seguros, superar estos sesgos es clave para tomar una decisión informada y asegurar la protección personal y familiar. Reflexionar sobre cómo procesamos la información y en qué basamos nuestras decisiones puede ayudarnos a elegir mejor y a evitar errores que podrían tener consecuencias económicas y personales importantes.
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