Contratar un seguro, ya sea de coche, hogar, salud o vida, implica un acuerdo entre el asegurado y la compañía. Sin embargo, este contrato no es indefinido y existen situaciones en las que la aseguradora puede rescindir la póliza y expulsar al asegurado. Aunque muchas personas creen que una vez firmado el seguro no pueden ser expulsadas, la realidad es que hay motivos legales y contractuales por los cuales la compañía puede dar por finalizado el contrato. En este artículo te explicamos las principales razones por las que te pueden echar de un seguro, cómo evitarlo y qué hacer si ocurre.

Incumplimiento del pago de las primas

Uno de los motivos más habituales por los que una aseguradora puede cancelar una póliza es el impago de la prima. Si el asegurado deja de pagar la cuota correspondiente, la compañía tiene derecho a anular el contrato tras un periodo de gracia (generalmente 30 días desde el vencimiento).

¿Qué ocurre si no pagas el seguro?

  • La aseguradora te notificará el impago y te dará un plazo para regularizar la situación.
  • Si el pago no se efectúa dentro del periodo establecido, la póliza quedará suspendida y perderás la cobertura.
  • Si transcurren seis meses sin pago, el contrato se dará por extinguido y la aseguradora no estará obligada a renovarlo.

Para evitar este problema, es recomendable domiciliar los pagos y asegurarse de que la cuenta bancaria dispone de saldo suficiente en la fecha de cobro.

Exceso de siniestros o uso abusivo del seguro

Las aseguradoras pueden cancelar una póliza si consideran que el asegurado ha generado un número excesivo de siniestros en un corto periodo de tiempo. Aunque el seguro está diseñado para cubrir imprevistos, las compañías analizan la frecuencia y gravedad de los incidentes para evaluar el riesgo.

¿En qué casos pueden echarte por exceso de siniestros?

  • Si has declarado varios siniestros seguidos en un corto plazo de tiempo.
  • Si el importe de las indemnizaciones es muy elevado en comparación con la prima pagada.
  • Si hay sospechas de que los siniestros no son fortuitos, sino resultado de un uso fraudulento del seguro.

En seguros de coche, salud y hogar, este es uno de los motivos más comunes de expulsión. La compañía puede decidir no renovar tu póliza al vencimiento del contrato.

Declaración falsa o información incorrecta en el contrato

Cuando contratas un seguro, es obligatorio proporcionar información veraz sobre los riesgos asegurados. Si la aseguradora detecta que has mentido o has ocultado información relevante, puede anular la póliza e incluso reclamar indemnizaciones.

Ejemplos de información falsa que pueden hacer que te echen del seguro

  • En seguros de coche: Declarar que aparcas en un garaje privado cuando realmente lo haces en la calle para reducir la prima.
  • En seguros de salud: Ocultar enfermedades preexistentes al contratar la póliza.
  • En seguros de hogar: No informar sobre reformas estructurales que alteren el valor de la vivienda.

Si la compañía descubre el engaño, puede cancelar la póliza de inmediato y negarse a cubrir cualquier siniestro, incluso si no está relacionado con la información falsa.

Conductas fraudulentas

El fraude al seguro es un delito y una de las causas principales por las que una aseguradora puede expulsar a un asegurado e incluso emprender acciones legales contra él.

¿Qué se considera fraude en un seguro?

  • Simular un siniestro: Fingir un accidente de tráfico o un robo en casa para obtener una indemnización.
  • Exagerar los daños sufridos: Presentar facturas infladas o incluir bienes no dañados en una reclamación.
  • Doble aseguramiento: Intentar cobrar de dos aseguradoras por el mismo siniestro.

Las compañías disponen de unidades especializadas en la detección de fraudes, y si te descubren, además de ser expulsado del seguro, podrías tener dificultades para contratar otra póliza en el futuro.

Modificaciones en la póliza o cambios en el riesgo asegurado

Si cambian las condiciones del riesgo asegurado y no informas a la compañía, pueden decidir no renovar la póliza o cancelarla de inmediato.

Ejemplos de cambios en el riesgo asegurado

  • En seguros de coche: Modificar el uso del vehículo (por ejemplo, pasar de uso particular a uso comercial).
  • En seguros de hogar: Convertir la vivienda en una casa de alquiler vacacional sin notificarlo a la aseguradora.
  • En seguros de salud: Cambiar de residencia a un país donde la aseguradora no tiene cobertura.

Siempre es recomendable notificar a la aseguradora cualquier cambio importante para evitar problemas en caso de siniestro.

Cambio en las condiciones generales del seguro

Las aseguradoras tienen derecho a modificar las condiciones de las pólizas, y si consideran que un asegurado ya no cumple los criterios para su producto, pueden no renovarle el contrato.

¿Cuándo puede ocurrir esto?

  • Cuando la compañía deja de ofrecer ciertas coberturas o productos.
  • Si se endurecen los criterios de riesgo y el perfil del asegurado deja de ser rentable para la empresa.

En estos casos, la aseguradora debe avisar con al menos dos meses de antelación antes del vencimiento del contrato.

¿Qué hacer si te echan de un seguro?

Si una aseguradora decide no renovarte el contrato o cancelarte la póliza, tienes varias opciones:

  1. Solicitar explicaciones: Pide a la aseguradora un informe detallado con los motivos de la cancelación.
  2. Reclamar si consideras que ha sido injusto: Puedes acudir a los servicios de atención al cliente de la aseguradora o presentar una reclamación ante la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP).
  3. Buscar una nueva aseguradora: Existen compañías especializadas en clientes con historiales complicados, aunque pueden ofrecer tarifas más elevadas.
  4. Evitar repetir errores: Si la cancelación fue por impagos o exceso de siniestros, intenta mejorar tu historial antes de contratar un nuevo seguro.

Conclusión

¿Por qué te pueden echar de un seguro?

Las aseguradoras pueden expulsar a un asegurado por diversos motivos, como impagos, fraudes, declaraciones falsas, exceso de siniestros o cambios en el riesgo asegurado. Para evitar problemas, es importante ser transparente con la aseguradora, pagar las primas a tiempo y utilizar el seguro de forma responsable.

Si te han cancelado una póliza, revisa las razones y busca alternativas en el mercado. Con una buena planificación y manteniendo un historial limpio, podrás encontrar una nueva aseguradora y evitar futuros problemas con tu cobertura.